Australia se ha sumado a la lista de países que han introducido prohibiciones de entrada para las personas que vienen de China, debido al brote de coronavirus.
A partir del sábado pasado, todos los ciudadanos extranjeros que vienen de China no pueden ingresar a Australia, según el primer ministro Scott Morrison.
Según Morrison, es importante evitar viajar a China en estos momentos.
“De hecho, estamos operando con mucha precaución en estas circunstancias, para que los australianos puedan llevar a cabo su vida diaria con confianza”, afirmó el Primer Ministro.
Las nuevas reglas de viaje incluyen prohibiciones de viaje para cualquier persona que haya estado en China a partir del 1 de febrero, ya sea que haya viajado directamente desde China o a través de otro puerto.
“El 1 de febrero de 2020, el Gobierno anunció medidas fronterizas mejoradas para reducir el riesgo que representa para la comunidad australiana el nuevo coronavirus. El Comité de Seguridad Nacional acordó otorgar al Comisionado de la Fuerza Fronteriza Australiana poderes discrecionales para tomar decisiones en relación con la llegada a Australia de personas que estaban en tránsito cuando se hizo el anuncio”, escribe la Fuerza Fronteriza Australiana en un comunicado de prensa.
Como muchos otros países han establecido la nueva regla, los ciudadanos australianos y los residentes permanentes que regresan a casa también deben aislarse durante 14 días después de su llegada.
“Todas estas personas se sometieron a exámenes de salud y se les aconsejó que se aislaran por un período de 14 días, de la misma manera que otras personas que están exentas de las medidas mejoradas de control fronterizo”, afirma el comunicado de prensa.
Según la Fuerza Fronteriza de Australia, las medidas de control fronterizo se aplican de manera justa y adecuada, en consulta con el gobierno australiano y los socios de la industria, incluidos los Departamentos de Educación, Salud y Agricultura.
En Australia, hasta ahora se han identificado 10 casos de coronavirus, pero ninguno de ellos puso en peligro la vida.
Varios países del mundo han restringido las visas mundiales a los ciudadanos chinos, incluidos los EE. UU., los países Schengen, Australia, Nueva Zelanda y otros.